Las cataratas se desarrollan gradualmente y se clasifican en cuatro etapas. Retrasar el tratamiento de cataratas rara vez es una opción, ya que la cirugía es casi siempre inevitable. Si no se trata, el mayor riesgo de no eliminar una catarata es la pérdida de visión o incluso la ceguera.
Las cataratas son la opacidad del cristalino. Normalmente, debido al envejecimiento, las proteínas del cristalino comienzan a descomponerse y a acumularse, lo que dificulta una visión nítida. Los cambios en la visión debidos a las cataratas incluyen visión borrosa, colores desvaídos, mala visión nocturna, sensibilidad a las luces brillantes y los deslumbramientos, halos alrededor de las luces, visión doble y cambios frecuentes en la graduación. A medida que los síntomas de las cataratas progresan, los riesgos incluyen la incapacidad para realizar actividades cotidianas, dificultad para leer, incapacidad para conducir de noche o con poca luz, y un mayor riesgo de caídas o lesiones.
Si bien las primeras etapas del desarrollo de las cataratas pueden requerir solo un cambio en la prescripción de anteojos o lentes de contacto, para cuando una catarata alcanza la etapa madura, etapa 3, la mayoría de los pacientes se verán impulsados a buscar asesoramiento sobre la cirugía de extracción de cataratas de su oftalmólogo. Para la mayoría de los pacientes, tomará años para que una catarata se desarrolle hasta esta etapa. En este punto, la visión de una persona estará significativamente comprometida. La opacidad de la catarata comenzará a verse de color blanco lechoso o ámbar y se habrá extendido a los bordes exteriores del cristalino. La calidad de vida y la rutina diaria se verán afectadas. Si una persona elige no someterse a una cirugía en este punto, la catarata continuará empeorando, volviéndose densa y endurecida. Una vez que una catarata alcanza la etapa 4, también conocida como catarata hipermadura, la cirugía aún se recomienda y es necesaria, pero será más difícil de extraer. El cristalino se encogerá e incluso puede dislocarse parcialmente. Si no se tratan, las cataratas hipermaduras pueden causar inflamación y aumento de la presión en el ojo, lo que puede provocar glaucoma.
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