Las migrañas son conocidas por su capacidad de perturbar la vida diaria, causando dolor debilitante, náuseas y sensibilidad a la luz y al sonido. A pesar de que más de mil millones de personas viven con migrañas y las padecen en todo el mundo, la complejidad de este trastorno neurológico no suele ser el tema principal de debate cuando se trata de la gravedad del manejo del dolor crónico. Los términos dolor de cabeza y migraña se usan con frecuencia indistintamente. En ocasiones, se considera que las migrañas son un tipo de dolor de cabeza más intenso o severo. Dentro de la categoría general de migrañas, existe un subtipo distintivo conocido como migrañas oculares. Las disparidades entre las migrañas oculares y las migrañas comunes presentan diferencias clave; comprenderlas es fundamental para un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz.
Comencemos con una definición básica de los dos tipos de migrañas. Las migrañas regulares se caracterizan por un dolor pulsátil, de moderado a intenso, generalmente en un lado de la cabeza. Las migrañas oculares, por otro lado, se caracterizan únicamente por alteraciones en la visión que preceden o acompañan al dolor de cabeza. Estas intrusiones visuales, también llamadas auras, son el sello distintivo para diferenciar entre las migrañas regulares y las oculares. Las auras suelen ser temporales y pueden incluir líneas en zigzag, luces intermitentes, puntos ciegos o luces brillantes. Los desencadenantes comunes de las migrañas regulares incluyen el estrés, los cambios hormonales, la falta de sueño, ciertos alimentos y factores ambientales como olores fuertes o luces brillantes. Si bien las migrañas oculares comparten algunos factores estimulantes con las migrañas regulares, como el estrés y los cambios hormonales, también pueden estar relacionadas con estímulos visuales específicos, como luces o patrones intensos.
Las migrañas regulares suelen tener una duración más larga, que varía desde unas pocas horas hasta 72 horas en algunos casos. Las personas que sufren migrañas regulares pueden experimentar ataques varias veces al mes. Las migrañas oculares suelen tener una duración más corta, con alteraciones visuales que duran entre 5 y 30 minutos. Si bien el dolor de cabeza que sigue al aura puede durar algunas horas, o incluso no durar, las migrañas oculares suelen ser menos frecuentes que las migrañas regulares.
Se cree que las migrañas implican una combinación de factores genéticos, neurológicos y ambientales que provocan una actividad cerebral anormal, incluyendo cambios en el flujo sanguíneo y los niveles de neurotransmisores. Los mecanismos exactos que causan las migrañas oculares no se comprenden bien, pero se cree que implican cambios en el flujo sanguíneo a las áreas visuales del cerebro. Explorar las opciones de tratamiento para ambos tipos de migraña incluye identificar los factores que causan la aparición de los síntomas, realizar cambios en el estilo de vida, utilizar analgésicos y buscar el consejo de un oftalmólogo de confianza.
Al comprender mejor las migrañas oculares en comparación con las migrañas comunes y sus diferencias clave, los pacientes pueden describir mejor a sus médicos los síntomas que acompañan a la cefalea intensa y las alteraciones visuales. Para mayor claridad visual y control del dolor, comuníquese con Pendleton Eye al 760-758-2008 o SITIO WEB.






